Querido lector, no te asustes si te ha salido una llaga, son de lo más común y generalmente son consideradas lesiones benignas. La palabra ‘afta’ significa ‘quemadura’ según la etimología griega, y es que uno de sus efectos es el de picar y doler como una quemadura. Las aftas bucales suelen definirse como pequeñas úlceras que aparecen en la mucosa de la boca, de pequeño tamaño y de un color rojo al inicio y más blanquecino cuando han pasado unos días. Estas lesiones bucales suelen desaparecer en unas semanas, con lo cual no suelen generar gran alarma.
La causa principal es:
- Un mordisco involuntario o el roce de algún diente. También pueden aparecer llagas tras golpes, agresiones con el cepillo de dientes o prótesis mal colocadas.
Otras causas:
- Alteraciones del sistema inmunitario (alergias alimentarias, ingesta de medicamentos fuertes como antibióticos, etc)
- Ingesta de sustancias muy calientes, con exceso de sal o agentes químicos dañinos.
- Factores hereditarios
- Infecciones víricas (herpes, VHS o neutropenias)
- Estrés
- Cambios hormonales (embarazo o ciclos menstruales)
- Déficit nutricional; vitamina B12 baja, anemia ferropénica, vitamina C, etc.
Generalmente, las llagas no necesitan un tratamiento y suelen desaparecer de manera espontánea. De todos modos, podemos ayudarnos con colutorios especiales que favorecen su curación.
- Evita los alimentos calientes, excesivamente salados o muy picantes.
- Evita los cítricos.
- Cepilla los dientes suavemente y sin tocar la zona afectada
- Reduce el consumo de sustancias tóxicas, como el tabaco o el alcohol.
- Sigue buenos hábitos de higiene bucal.
- Protege la boca si usas aparatos dentales.
- Reduce el estrés: aprende técnicas de relajación
- Aplicar hielo protegido en la zona inflamada
- Enjuagues con agua fría y sal
- Emplear enjuagues o colutorios específicos
- Las infusiones como la manzanilla ayudan a reducir el dolor